He descubierto a la Virgen

Yo al Virgen la he descubierto en la selva, leyendo los Evangelios. Se me ha aparecido como una especie de luz, una mujer, para mí era esa joven mujer que tuvo la oportunidad de convertirse en la madre de Dios. Pero no veía más. Sí, que era buena, tierna… pero leyendo los Evangelios comprendí la dimensión de esta mujer, su carácter, su valentía, su inteligencia para hablar a su hijo. Comprendí toda esta dimensión y entendí que podía hablar con ella porqué sabía que ella me entendería. Entonces empecé a tener una relación más íntima con María porque no me atrevía a hablar con Jesús, sentía que estaba demasiado… demasiado lejos, demasiado alto, perfecto, demasiado Dios. En cambio a la Virgen la veía como a alguien humano, de familia, que me podía entender. Entonces pensé que hay personas que no entienden lo que ella puede hacer por todos nosotros, este puente, y no sólo para irle a decir a Jesús lo que le querríamos decir o de ayudarnos con cosas, oraciones o necesidades. Tenemos necesidad de todo, de dinero, de afecto, de trabajo, de estudios… todo esto lo podemos expresar, y Jesús nos escucha. Pero de repente, encontrar a esta mujer que no sólo escucha sino que además responde... Quizá para decirnos: estad tranquilos, sed más pacientes, no guardéis rencor en vuestro corazón, aprended a hablar con él directamente… Date cuenta que puedes hablar con él directamente, no me necesitas para hablarle. En fin, le digo todo esto pero podríamos estar horas… Dios hace bien las cosas, Dios hace las cosas bien”.

Fuente: H2o

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